Los antibióticos pueden ser
medicamentos milagrosos, pero también tienen riesgos, a éstos nos
enfrentamos los médicos todos los días en los hospitales; las prácticas
de prescripción clínica y el sobreuso doméstico están poniendo los
pacientes en un riesgo innecesario a reacciones alérgicas, infecciones
prevenibles e infecciones por agentes multi-resistentes a antibióticos;
éstos últimos son derivados de aquellas cepas de gérmenes que han
logrado hacer frente al uso excesivo y mal uso de los antibióticos, por
lo que se está contribuyendo a la resistencia a los antibióticos.
Recuerdo cuando las bacterias eran
sensibles a múltiples antibióticos, ahora los resultados de laboratorio
al enviar a cultivar un espécimen obtenido de un foco de infección,
muestra el espectro opuesto, las bacterias más simples ahora son
multi-resistentes, lo que significa que han dejado de ser sensibles a
los medicamentos diseñados para matarlas.
Si los gérmenes resistentes a los
medicamentos siguen aumentando en número podemos perder nuestra
capacidad de tratar a los pacientes con sepsis, infecciones asociadas al
cáncer y la prevención en pacientes con trasplantes de órganos, con
quemaduras o traumatismos extensos.
Por desgracia, el desarrollo de nuevos
antibióticos que nos podrían ayudar, no nos salvará de este destino,
porque los gérmenes resistentes evolucionan más rápido desarrollando
nuevas adaptaciones y defensas, que los nuevos mecanismos que somos
capaces de desarrollar para matarlas. Vamos a tener que cambiar la forma
en que utilizamos los antibióticos que ya tenemos. Una forma de ello es
mediante asegurarnos que los antibióticos se prescriben y utilizan
adecuadamente. ¡Olvídate de la automedicación!, tu vida está en riesgo.
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