Atención crónica (Chronic Care)
se refiere a la atención médica que se ocupa de la enfermedad
preexistente o establecida por un largo plazo, en comparación con la
atención aguda que se ocupa de corto plazo o enfermedades graves de
corta duración.
Este tipo de cuidados involucra a
aquellas enfermedades con las que hemos de vivir el resto de nuestra
vida, se incluyen como ejemplo el asma, diabetes, enfisema, bronquitis
crónica, enfermedad cardiaca congestiva, cirrosis del hígado, la
hipertensión, dislipidemias y la depresión.
Sin un tratamiento eficaz estas
enfermedades crónicas pueden llevar a la discapacidad prematura y a la
muerte a temprana edad. Tradicionalmente basta con visitar al
especialista en cada una de las enfermedades, sin embargo los
medicamentos para tratar cada padecimiento, pueden generar problemas en
otras áreas.
El antiguo adagio “los médicos me curan
de una cosa y me enferman de otra” resulta ser parcialmente correcto,
pues todo medicamento, remedio o alimento genera una respuesta en
nuestro cuerpo; así los hipolipemiantes o estatinas recetadas más
frecuente, para reducir los niveles elevados del colesterol de baja
dendidad (LDL) o el “colesterol malo”, inducen una importante reducción
en los niveles de vitamina K y antioxidantes que terminan por generar un
estado oxidativo, el cual acelera el envejecimiento celular y produce
aterosclerosis o endurecimiento de las arterias.
Es por ello que se necesita de una clínica de Chronic Care, para balancear los nutrientes necesarios,
las modificaciones terapéuticas y los cambios en el tipo de vida, para
efectivamente lograr retrasar la discapacidad o daño celular debido a la
enfermedad que nos acompañará el resto de nuestros días.
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